Cusco (Qosqo en quechua),
significa ombligo del mundo, y es una de las regiones más extensas del Perú. Su ubicación geográfica le ha permitido desarrollarse en su agricultura,
destacando el cultivo de maíz, quinua, cebada, papas, té y café. Hoy en día, el turismo es su principal fuente de ingresos, debido a la gran riqueza
arqueológica dejada por el Imperio Tahuantinsuyo y el paso de los españoles. Es, sin duda, la ciudad que conserva los monumentos arqueológicos más
bellos e importantes del Perú y América, incluido Machu Picchu, siendo así el primer destino turístico de nuestro país, un destino turístico importante
para aquellos que vienen a apreciar la impresionante arquitectura inca; realizada con originalidad y perfección en obras de piedra. En sus alrededores
hay muchos restos arqueológicos incas y coloniales, como el complejo arqueológico de Machu Picchu, ubicado a 130 km al noreste de la ciudad de Cusco,
aproximadamente a 600 m sobre el río Urubamba. Dentro de esta ciudadela inca se calcula un total de 150 viviendas; casas con una sola habitación,
destacando el reloj solar (o Intihuatana), un observatorio astronómico que fue construido en un lugar estratégico en la ciudadela, desde donde los
incas podían observar los movimientos del sol.
Entre sus principales
monumentos arqueológicos podemos mencionar la fortaleza de Sacsayhuamán, Ollantaytambo, Pisac, Kenko, el Acllahuasi, el sitio arqueológico de
Tambomachay, entre otros sitios de importancia arqueológica y turística. Del pasado de los españoles, aún se conservan importantes restos
arquitectónicos de estilo colonial, entre ellos la Catedral Basílica, el templo y el convento de La Merced, la iglesia de la Compañía de Jesús,
el púlpito de San Blas, las iglesias de Santa Catalina, Santa Clara, San Cristóbal, Santo Domingo, museos y pinturas de la Escuela Cusqueña.
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